EL METODO MONTESSORI


La obra de María Montessori se inscribe, como ella misma proclama e impulsa, en lo que se considera en su tiempo como Pedagogía Científica. Posiblemente su formación naturalista explica su concepción de que la educación debe inspirarse en la naturaleza y en las leyes del desarrollo infantil, al margen de los hábitos tradicionales, incluso de la propia tradición, y de toda consideración metafísica. Durante su juventud estuvo influenciada por los científicos italianos Cesare Lambroso, Anchille de Giovanni y Giusseppe Sergi, influencia determinante para construir un modelo pedagógico propio, donde predominaban los elementos de la Antropología Física. Algunas de las aportaciones pedagógicas que le precedieron fueron: el individualismo de Rousseau, la educación sensorial de Pestalozzi, la educación de las facultades de Herbart, sin olvidar la influencia de Froebel por lo que se refiere a la autoactividad, al valor del juego y a lo relacionado con la creación de hábitos a partir de los instintos e impulsos naturales.



Montessori parte esencialmente de la psicología positivista y asociacionista, basando su método en la actividad sensorial y las impresiones y en la educación en la autoactividad; para llevar a cabo su objetivo se nutre de un rico material didáctico. Sus sistema, fundamentalmente de aplicación biológica, es de desarrollo más que de adaptación; y esta caracterización se comprende si tenemos en cuenta que su método nació de la enseñanza de niños anormales, aunque no tardó en desarrollarse también en todo el mundo infantil. Según nuestra didacta, educar es favorecer el desarrollo, con lo cual la libertad pasa a ocupar un papel primordial. 

El verdadero desarrollo depende de la posibilidad de alcanzar las condiciones de vida necesarias en cada momento determinado de su evolución. Montessori considera la infancia, al igual que, en general, todos los educadores de la Escuela Nueva, como algo sustantivo con necesidades e intereses específicos; la infancia es, pues, una fase de nuestra existencia que debe vivirse plenamente.

Propuesta epistemológica y filosófica

Su filosofía es, por tanto, vitalista, con lo cual la vida infantil no es una abstracción. El niño y la niña so cuerpos que crecen y almas que se desarrollan, y no crecen gracias a la nutrición, al simple hecho de la respiración o a unas condiciones térmicas o barométricas favorables, porque la vida potencial se desarrolla en ellos y deviene activa. El principio básico del sistema es la libertad, al que debemos añadir el axioma de la actividad y el de la individualidad, principios que requieren unos procedimientos específicos.

Desde su pensamiento, la libertad no es un principio de raíz social o política, sino una condición indispensable para el desarrollo de la vida, es decir, de las manifestaciones espontáneas. Toma como punto de partida la libertad de ocupación y trabajo como disciplina externa. Tiene la convicción de que la educación sólo se logra por la actividad propia del sujeto que se educa; apela a una mayor libertad para das satisfacción a los estímulos propios del alumno. De esta manera la actividad tiene un papel esencial, y debe disciplinarse para el trabajo a través de un ambiente adecuado que propicie una actividad libre coordinada con los intereses naturales.

Su preocupación educativa se dirige hacia aquellas cosas útiles para la vida y, sobre todo, que despiertan el interés. Dentro de las concepciones de la psicología clásica, se sitúa en el mundo de William James, llegando a la idea del aprendizaje activo, en una palabra, que no puede existir educación que no sea autoeducación. Montessori insiste en la unidad de la actividad sensorial y motriz, en el desarrollo infantil y en la necesidad de una atenta preparación de la atmósfera escolar para que se adapte la condición infantil. La creación de un ambiente apropiado para cultivar la atención, la voluntad, la inteligencia, la imaginación creativa, sin olvidar la educación moral, es, precisamente una de las grandes contribuciones de esta pedagoga.

Al margen de lo indicado, de acuerdo con el mundo educativo de su tiempo, introduce el desarrollo psíquico, el sentido musical, la educación de la personalidad, y la preparación de materiales de dibujo y para el estudio de disciplinas como la aritmética y la geometría y la gramática, así como para dar un contenido a aspectos como los premios y los castigos. Por otro lado, no se olvida de la psicometría para estudiar los datos físicos, biológicos, sociales, morales, etc.

El Educador

Toda la propuesta montessori requiere una nueva concepción del educador, que debe enseñar poco, observar mucho y orientar las actividades psíquicas de los niños y su crecimiento psicológico. En realidad, el objetivo consiste en establecer la actividad espontánea del niño. En los últimos años de su vida, y especialmente a partir de la publicación en 1938 de “il segreto dell´infanzia”, aparte de elaborar una recapitulación de su mundo conceptual, llegó a aceptar algunas cuestiones, como por ejemplo la globalización decroliana, y tuvo además en cuenta la psicología de la Gestalt e incorporó algunas aportaciones de Freud.

Algunas críticas


Se ha criticado su material por no utilizar objetos concretos de mundo real, por el exceso de metodismo, la complicación de los instrumentos y los procedimientos preadaptados; en otro orden de cosas, se discute el individualismo de su sistema y una cierta simplificación de la actividad intelectual, aunque suscite entre los alumnos un marcado interés hacia ciertas manipulaciones. La independencia base del sistema presupone una libre elección de las ocupaciones por parte del niño, independencia que tiende generalmente hacia el aislamiento, a pesar de que el método propone e impulsa la cooperación para conseguir la socialización del educando.

Estas críticas han sido valoradas dentro del propio movimiento; no podemos olvidar que una de sus principales características ha sido su capacidad de adaptación, sin que ello supusiera renunciar a un sistema con formulaciones muy específicas. Es por ello por lo que, a partir de una serie de readaptaciones, especialmente en relación con los cambios de los últimos tiempos, se plantea, más adelante, la actual vigencia del método. 
Tomado del artículo del profesor Jordi Monés i Pujol-Busquets; Universidad Autónoma de Barcelona.








La metodología Montessori tiene una sólida y fundamentada trayectoria desde hace más de 90 años.

Según María Montessori, los niños absorben como “esponjas” todas las informaciones que requieren y necesitan para su actuación en la vida diaria. El niño aprende a hablar, escribir y leer de la misma manera que lo hace al gatear, caminar, correr, etc., es decir, de forma espontánea.
Con el método Montessori los niños aprenden a leer, escribir, contar y sumar antes de completar los 6 años.
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